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La gestión de residuos y la importancia de los suelos

En el MGDS hemos contado la pasada semana con un profesional y una profesora que nos han dado a conocer la gestión de residuos, la importancia de los suelos y las problemáticas a las que se enfrentan en cuanto a contaminación y usos se refiere.

El miércoles tuvimos la oportunidad de conocer la gestión de residuos y de materia orgánica de la mano de Ramón Plana, un profesional con amplia experiencia en la materia, que nos guió por las diferentes tipologías residuales y la jerarquía de su gestión, haciendo hincapié en que la acción más importante es la prevención, cuya esencia se ejemplifica a la perfección en la cita “el mejor residuo es el que nunca llega a serlo”.
                “el mejor residuo es el que nunca llega a serlo”

En su tratamiento podemos observar una clara disociación entre la gestión urbana y la rural de los mismos. Una actividad de importancia es el tratamiento biológico, que consiste en la acción degradativa que provocan macro y microorganismos en la materia, y que es aplicada mediante digestión anaerobia para la consecución de gases flamables, o mediante la generación de compost, siendo estos procesos complementarios.

La producción de biogás a partir de residuos orgánicos se lleva a cabo mediante digestión anaerobia donde una de las características importantes del proceso es la ausencia de oxígeno que ayuda en la proliferación de ciertos organismos. Tiene útiles aplicaciones como generador de energía, calor, automoción, fertilizante estabilizado, y es generado por procesos naturales.
Por otro lado, el compostaje sería la forma más similar al tratamiento que la naturaleza realiza con los residuos, siendo aplicada a los residuos generados de manera abundante en las ciudades o aldeas. Al contrario que en el proceso anterior, va a ser importante la presencia de oxígeno en el proceso de ventilación de la materia para generar un compost de calidad, y junto con la presencia de humedad, el ph y la temperatura, conforman los factores clave del proceso.
Sin duda, una gestión sostenible que cada vez cuenta con tecnologías que mejoran y facilitan su ejecución a gran escala.

Las jornadas del jueves y viernes estuvieron dedicadas al suelo como principal objeto de estudio, explicadas por Elena Benito Rueda, profesora del Departamento de Biología Vegetal y Ciencias del Suelo de la Universidad de Vigo.

La capa de hojarasca se denomina horizonte cero.
Varios son los factores que influyen en su constitución: material parental, clima, organismos, topografía, tiempo, así como las diferentes actividades e interacciones que afectan de diversa forma sobre el mismo como la fertilización, el abonado orgánico, el encalamiento, riego, drenaje, mecanización y la construcción.
Una idea importante a tener en cuenta son los usos para los que los destinamos, ya que un buen aprovechamiento del suelo pasa por el conocimiento de sus características de las que dependen los aportes a las necesidades humanas que este nos puede dar, pudiendo optimizar su aprovechamiento para sacar mayor rendimiento a la vez que minimizamos el daño causado al mismo.
Debe recibir un tratamiento delicado para evitar los efectos de la erosión, la pérdida de materia orgánica, su contaminación, el sellado mediante infraestructuras, su compactación, salinización, deslizamientos y pérdida de biodiversidad.  No debemos olvidar que es un bien considerado no renovable debido a la lenta generación de sus capas más importantes, pudiendo tardar de milenios a millones de años en crearse un metro de suelo.

«una fina capa de suelo puede tardar hasta 1000 años en formarse»

El viernes continuamos estudiando la erosión hídrica, que será más grave cuanto más intensa sea la lluvia, cuanta menos materia orgánica exista, cuanto mayor sea la inclinación del terreno, cuanto menor sea la cubierta vegetal o en suelos donde predomine el limo. Este tipo de erosión da lugar a daños como pérdidas de agua, materia orgánica y nutrientes y, por tanto, de la productividad del suelo. 

También analizamos la erosión eólica, que se produce en zonas con bajas precipitaciones y con grandes masas de tierra bastante llanas.
Una vez que conocíamos el problema, comentamos las técnicas de conservación del suelo para evitar su erosión, como por ejemplo cubrir el suelo (mulch vegetal), cultivar en surcos siguiendo las curvas de nivel para reducir las escorrentías de agua (cultivo a nivel) o cultivar en terrazas para reducir la erosión hídrica. En el caso de los  incendios, también comprendimos que puede haber erosión al quedar el suelo desprotegido de vegetación, por lo que, en algunos casos, la aplicación de coberturas, como el mulch vegetal puede ser muy efectivo.

Después continuamos con la degradación química: acidificación del suelo, exceso de sales o contaminación. La acidificación (bajo PH) provoca consecuencias como debilitamiento de la planta, pérdida de hojas y frutos y disminución de la productividad e, indirectamente incluso grandes mortandades. Una forma de corregir este problema es el encalado de los suelos, utilizando, por ejemplo, carbonato cálcico, que incrementa el PH.

El exceso de sales (salinización y sodificación) puede llevar a sequía fisiológica, pérdida de crecimiento, toxicidad y, en el caso de sodificación, a propiedades físicas que favorecen la erosión. Para recuperar suelos salinos se puede utilizar lavado de sales y drenaje y para los sódicos se puede enyesar.

Por último, la contaminación puede ser por metales pesados, por fertilizantes o por pesticidas, con consecuencias como toxicidad. Para descontaminar suelos se pueden aplicar procesos físicos o químicos (arrastre con aire, lavado con agua) y biorremediación (plantas o microorganismos que reducen el contaminante).

También comprendimos que la falta de legislación sobre la protección del suelo agrava el problema, a diferencia de los casos de agua o atmósfera.

Para finalizar la clase analizamos las características de un suelo concreto para aplicar y repasar los conceptos que habíamos aprendido. De este modo constatamos los problemas que podían surgir en función de las propiedades de ese suelo y la importancia de analizar el suelo para poder actuar de forma que se eviten esos problemas

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