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Eficiencia Energética y Sistema Europeo de Comercio de Emisiones, con Miguel Rodríguez


El miércoles continuamos con la asignatura Empresa y Cambio Climático. Estuvo de nuevo con nosotros Miguel Rodríguez, retomando la clase anterior, en la que hablamos sobre la importancia de la eficiencia energética.

Comenzamos con el Paquete energía y clima (20/20/20) de la UE, ya que las políticas de la UE inciden sobre la eficiencia energética. Este paquete establece tres objetivos para 2020: una reducción del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) frente a 1990, una disminución del 20% en el consumo energético respecto a las estimaciones para 2020 y alcanzar un 20% de cuota de energías renovables en el mix energético.

Para alcanzar estos objetivos, la UE ha establecido varias medidas. Podemos destacar la Directiva europea de eficiencia energética, que obliga a los socios a establecer Planes Nacionales de Acción para la Eficiencia Energética, y que propone mecanismos como la Estrategia Nacional de Rehabilitación de todo el parque de edificios o un Fondo Nacional de Eficiencia Energética para financiar proyectos de ahorro de energía.

Para lograr la reducción de las emisiones de GEI en un 20% desde 1990 (que equivale a un 14% desde 2005), el objetivo se divide entre los sectores incluidos en el Sistema Europeo de Comercio de Emisiones (SECE), que deberían reducir un 21% respecto a 2005, y los sectores no regulados, con un objetivo del 10%. Estos últimos reparten el esfuerzo en distintos objetivos nacionales, exigiendo más a los más ricos, como se recoge en el siguiente gráfico.

Fuente: Comisión Europea



El SECE es el principal instrumento de la política comunitaria contra el cambio climático. Es un instrumento económico que, como ya estudiamos en Economía Ambiental, permite alcanzar los objetivos de reducción de emisiones al mínimo coste posible.

Es un sistema “cap and trade”, es decir, el regulador establece un límite máximo de emisiones, reparte los derechos de emisión entre los sectores de la economía e instalaciones productivas reguladas y, posteriormente, cada empresa debe disponer de un permiso por cada tonelada de emisión realizada, pudiendo vender derechos si emite menos de lo que le asignaron, o comprar si es deficitaria.

De esta forma se consigue que las reducciones de emisiones las realicen las instalaciones a las que les cueste menos dicha reducción, ya que tendrán incentivos a vender derechos, mientras que a las que la reducción de emisiones les cueste mucho preferirán comprar los derechos y seguir emitiendo.

Por otro lado, también hablamos sobre intensidad energética (IE), que refleja la relación entre consumo energético y renta. Normalmente se suele utilizar para medir la eficiencia energética (EE). Sin embargo, la EE depende de más factores que la IE, destacando el caso de la productividad.

Para ilustrar esto, Miguel Rodríguez nos explicó un claro ejemplo. Supongamos que dos fabricantes de coches utilizan la misma energía para fabricar un vehículo, pero uno lo vende por un precio mayor al otro. El consumo energético por coche es el mismo (misma EE), pero el consumo con respecto al valor del coche es menor para la marca más cara (distinta IE).

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